Cuando ataca la maña!
Poco podemos hacer, debemos refugiarnos ante las formas y colores que toma la maña , tenemos que escondernos o simplemente hacer oídos sordos al llanto permanente, es sigilosa se mueve despacio, repta mirándonos por la espalda, nunca de frente, no sabes cuando llorara por un dulce o por un acontecimiento inexplicable para ti, nunca conoces el real nivel de los berrinches.
La maña, siempre esta ahí latente, como un pajarraco carroñero, tiene cara linda pero cuando te agarra ya no puedes hacer mucho, te enojas o tironeas para salir de ella, en algún momento puedes sucumbir y te dejas convencer dulcemente, siempre te mira con sus ojos de niñ@ buscando tu complicidad, casi siempre te enterneces con su cara linda, pero cuando se enoja su furia no es manejable, su llanto casi siempre se escucha, su rabieta es del suelo hasta los gritos más agudos.
Le aprietas, no sabes como hacer que pare, la maña ataca en cualquier lugar, metro, micro, casa, o negocio, siempre donde pueda llamar no solo tú atención.
La maña siempre está.
La vi actuar.
El niño se retuerce tratando de zafarse de la tenaza poderosa que es la mano de la Mamá, la mochila de tanto girar la tiene mezclada con su cabeza. Lo miro y escucho, la maña ataca fuertemente por un helado en este caso»…
Varios minutos de gritos y pataletas, veo a su madre apretar fuertemente el brazo del chico, diciendo no te comprare nada, él entre el dolor y las ganas de que su maña gane patalea! no entiende y no escucha nada, sus cuatro años ya le dan experticia técnica para manejar a su mamá, se tira al suelo, pero no llega, ella se preocupa de la ropa para el siguiente día, a él no le importa, pero como la garra no lo suelta, no logra su objetivo, pende de una mano, con el cuerpo suelto, sin ganas ni animo, la madre lo mira y sabe que la maña volverá.
Lo tironea arregla y el vuelve»…»quiero mi helado» ella no lo escucha, la maña dejo de ser prudente y ahora grita se expresa rápidamente, trata de escapar corriendo, pero la garra siempre está resuelta a tomarlo, no lo deja escapar, la fuerza parece arrancar a sus ganas, pero la maña tiene un par de sorpresas el grita agudo tapándose sus propios oídos, La cara de ella es de desgano e impotencia.
Ya cuando salgo del local ella le dice: «Bueno y que helado querí» yo de pasada lo veo como sonríe, cómplice, donde su cara es la mezcla de niño bueno para asomar el malo, ese malo que la maña controla, él se para rápidamente, camina triunfante y cuando se acerca a ver su helando la dueña del local dice: «Mi niño no tenemos helados» su cara se desfigura! eso no estaba dentro de los planes»…
La maña esta vez no gano»…pero como siempre está latente, lo más probable es que ataque en el próximo negocio con otra rabieta descomunal.
Fotografia tomada por Camila en el metro!