Soy un amante del fútbol, me apasiona lo que esta en torno a él, muchas veces he dicho que la selección no me anima tanto como mi club favorito, ayer en el partido (Chile/Brazil) me di cuenta nuevamente de eso, y no pasa por tener una barra prendida todo el partido, sino que un estadio responda ante las expectativas de los que es UN ESPECTACULO, ayer me dio pena ver un estadio sin corazón, que solo va a ver a un técnico exitoso, al mando de una selección por decir lo menos «“mediocre- y no lo digo por la calidad de sus individualidades sino por su entorno, dirigentes, estadio y hasta el fútbol que representa.
Me dio pena ver la carencia de alegrías que tenemos y lo grises que somos!, con un público retirándose enardecido, me pregunto? Después de cuarenta y tantas derrotas ante Brasil y solo 7 victorias chilenas, esperamos algo más!? Claro!, yo soy uno de esos que voy con la «fe» al estadio, soy uno de los tantos chilenos que sufre pena y llora por su color, pero ya sabíamos que jugábamos contra los «penta» ósea el que diga otra cosa esta escupiendo al cielo, acá juega la historia, lo único que puede pasar es que los planetas se pongan en línea para que nuestra fe se vuelva realidad y por fin ganar, ganar como sea!, 1-0 ,5-0, 4-3 peleando, con los dientes apretados, pero ganar, por obra de una pincela maestra de algún chileno, que muy pocas veces aparece contra Brasil y sus genios.
Ser hinchada no pasa por tener solo a «barristas» en el estadio, me encanta la familia en masa apoyando, le da otro sabor, no pasa por tener un bombo y un grupo de gente siendo la «oficial» de la selección, sino que pasa