«Pero ahora la gente saltaba. Y yo sentí esa sensación indescriptible de estar en una cancha envuelto por el canto de la hinchada nuestra, el vértigo del piso moviéndose bajo los pies y ese canto que cinco mil tipos vociferan desafinados pero que todo junto suena precioso, como si hubiesen estudiado música.»
Eduardo Sacheri. «La promesa» en «La vida que pensamos».