Regalamos atardeceres con el sol rojo de fondo, buscando amaneceres desde una carpa armada de noche sintiendo la brisa fría al abrir mirando la mar.
Adoramos la luz tenue, la noche silente, el violín gastado y las letras usadas en tanto papel guardado, así somos lo que nadie anda buscando, esperando llegar donde nadie nos esta aguardando para darnos despedidas por miles y que sean tantas como las caídas que hemos tenido.
Recordamos insomnios con historias de otros, con la guitarra colgando, con el pecho inflado de tanto respirar clarito, con el pensar pausado y los pies gastados de tantos sueños usados.
Nos falta luz para poder leer, nos faltan dientes para comer, dedos para contar y palabras para verbalizar, Espero sentir lo que escribo, degustar lo que leo, amar lo que hago, no olvidar lo que duele, cambiar lo malo, alabar lo bueno, sentir el agua fresquita en la piel, mirar de reojo al que va al lado y luego agarrar con la mano el color de la granada, degustarlo pepa a pepa y retozar mirando el pasado.